- No le tengas miedo a la tecnología. Comprender algunos detalles técnicos lleva tiempo, pero no solo es necesario, sino que te traerá grandes beneficios.
- Identifica los datos y análisis tecnológicos que sean más útiles para el caso. Evalúa cómo estos se relacionan con la causa principal.
- Articula los asuntos tecnológicos que están en juego en términos legales y de incidencia, y viceversa. Asegúrate de que haya precisión en el uso de la tecnología y ten paciencia al ayudar a tus socios a entender la perspectiva que tienes gracias a tu campo de especialización.
- La tecnología se desarrolla constantemente: prevé un margen suficiente para afrontar un objetivo en movimiento. También evalúa cómo quieres que la tecnología se desarrolle y qué impacto puedes tener en ello.