- Fija expectativas realistas sobre tu contribución y la de tu organización, así como sobre los riesgos e incertidumbres que se pueden presentar. No tengas miedo de admitir que una tarea está fuera de tu campo de especialización – ¡para eso es la colaboración!
- Como grupo, divide responsabilidades según la experiencia, recursos y capacidad de cada colaborador. Decide quién creará “puentes” entre las y los colaboradores y asegúrate de que tengan el apoyo que necesitan.
- Crea una cronología que incluya acontecimientos externos (plazos judiciales, audiencias legislativas, elecciones, etc.) y plazos internos. Incorpora tiempo adicional para acontecimientos imprevistos.
- Prepárate para trabajar lejos de tu escritorio. El litigio estratégico colaborativo implica dedicar tiempo para apoyar a otros – asegúrate de tener esto en cuenta al establecer tus propios plazos.